Friday, October 2, 2009

Esta aventura ha terminado por hoy...pero continuará

Pues bien, el tiempo en Ecuador concluyó.
Muchos me han preguntado acerca de esta experiencia. Resultado positivo. Es complicado plasmar lo que esta aventura significó e impactó en nuestra vida y matrimonio.

Fue un tiempo muy bendecido. No nos arrepentimos de estos dos años fuera de México, conociendo otra cultura y sumergiéndonos en ella. Pero sí fue un tiempo para el cual, personalmente no estaba preparada. Pero lo cual, para el Señor, como en todo, no importó, pues él lo preparó todo para intervenir conforme a su plan de amor (cfr. Romanos 8, 28)

Tomamos la barca, tal vez con el propósito en mente de no voltear hacia atrás, más no me fue posible cumplirlo a cabalidad. Momentos intensos donde el ayer parecía más fructífero, donde el recuerdo de las comodidades me pesó. En esos momentos, donde te descubres a ti misma más frágil de lo que imaginaste, y eso te cuestiona.
La cultura es diferente, somos latinos, somos hermanos, pero las diferencias están presentes, y eso es gracia de Dios, porque si no, jeje, todos pensaríamos y actuaríamos igual. Pero este proceso de “culturización”, de sumergirme en esta nueva cultura, no lo comprendí en un inició, y más bien, me parecía complicado, contrario en cierto sentido a mi formación personal, la programación natural en la cual uno se sumerge en su ambiente familiar. En fin, la situación era diferente y no fue sino meses después que comprendí todo esto. El proceso de aprendizaje me costó meses, tal vez de mi parte o de parte de ellos, no hubo un buen intercambio de “culturización”, de explicarnos mutuamente como somos, como pensamos, como actuamos. En medio de todo esto, nos fuimos insertando, conociendo y descubriendo. Fue un tiempo de cierto desierto para mi vida, pero al mismo tiempo de gozos y alegrías. Era como un continuo oasis y desierto. La alegría de ver a los jóvenes estar dispuestos a construir el baluarte, de luchar incansablemente, de compartir sus retos, de ser parte de sus esfuerzos y victorias en el Señor; de ser su familia. Fueron tiempos bendecidos. Tiempos que no se cambian, que vivimos intensamente.
Y con todo ello, viví también mi desierto con el Señor, al lado de mi esposo. La soledad y cierta tristeza, que tal vez yo misma permití, me agobiaron por algunos días. Un rechazo a algo que hasta cierto punto “yo no había querido”, pero que Dios me había pedido. Como les comenté en otro escrito, la decisión fue tomada en el Señor y estaba la certeza de que esto era a lo que Dios nos invitaba. Y nosotros aceptamos esa invitación. Pero ya en el terreno de batalla la decisión fue puesta a prueba. La entereza de mi esposo, con la espada en alto, abrazado de su Señor, disfrutando el llamado, afianzó cada día la decisión.
Y como todas las cosas donde interviene Dios, salimos victoriosos.

Fue un tiempo excepcional, aun hoy me emociona y me llena de gratos recuerdos ver cada una de las fotos y traer a la memoria tantas situaciones divertidas, diferentes, emocionantes, complicadas, increíbles.
Creo que en el Señor el saldó siempre será positivo y así fue. Las amistades que poco a poco se fueron forjando en cada una de las comunidades que nos tocó visitar, así como en la comunidad que nos acogió, son relaciones que quedaron marcadas en nuestras vidas. Hermanos y hermanas que ahora tienen una historia con nosotros, que no son sólo miembros de aquellas comunidades de la zona sur, sino nuestros amigos y hermanos, que nos permitieron combatir en su trinchera, acompañarlos; caminar un rato juntos para después nosotros volver a nuestro antiguo sendero. Pero con una conciencia más cierta de lo que es el llamado comunitario a nivel internacional. Un camino trazado por Dios, no el único, pero sí el nuestro, al lado de hombres y mujeres dispuestos a ir contracorriente, a ser valientes guerreros, a dar su vida por esta locura del Señor. Y no por un ideal efímero, de los años de juventud, sino por algo más grande que es el ideal de la santidad. El ideal que nos mueve a todos para seguir cada día adelante a pesar de todo. El ideal que nos ofreció el Señor hace ya 35, 30, 20, 25, ó 2 años. El ideal que debe movernos con aquel mismo celo con el que nos conquistó en un inicio. El ideal que nos siga llevando a cometer locuras por el Señor, ¿qué santo no lo ha hecho?
A pesar de nuestras limitaciones y debilidades, nuestro Rey y Señor hizo la obra. Se manifestó con gloria y poder, ¡hizo lo que quiso! Y su sueño para nosotros en Ecuador se consolidó (y aún no lo hemos visto todo…).

Valió la pena cada momento. Fue realmente “cruzar la puerta”, salir de nuestra área de confort y enfrentarnos juntos a lo que Dios nos pedía: confiar y dar el paso.

Hermanos, este es el fin de este blog; sin embargo, la historia no termina aquí…continuará…

Gracias JEES, gracias hermanos de la zona sur

A través de este pequeño escirto queremos expresarles nuevamente nuestro profundo agradecimiento por estos dos años que nos acogieron entre ustedes.
Fue un tiempo muy bendecido en todo sentido, aun en medio de los retos normales.
Gracias por todos sus detalles de hermandad, por estar cerca, por permitirnos estar con sus familias, por permitirnos gozarnos con sus jóvenes, por permitirnos ser parte de su comunidad, ahora también nuestra JEES, nuestra queridísima Zona Sur: Colombia y Ecuador.
¡Dios les multiplique al ciento por uno con toda clase de bendiciones!

El regreso a Monterrey, a la comunidad Jésed

Hola hermanos y amigos!
Pues ya estamos en Monterrey, después de un tour-familiar. Era importante pasar algunos días con la familia y dejarnos consentir.
Pero hoy ya estamos en nuestra casa. Dios nos ha bendecido y permitió que ya esté casi todita amueblada: con muebles de una casa que desocupó mi suegro. Pues habíamos vendido casi todo antes de irnos a Ecuador. Y el apoyo de nuestras familias, apoyo en todo sentido, son muestras de la providencia de nuestro Dios.
Ahora estamos en el acomodo de cosas y en la reparación de la misma. Mi esposo la ha hecho de “hágalo usted mismo”: reparando el sanitario, instalando lavadora, en fin. Por mi parte he estado limpiando toda la cocina, estante por estante, gabinete por gabinete. Y ordenando las cosas en su lugar correspondiente. Tengo pendiente pintar nuestro cuarto, pero eso creo que lo dejaré para después.
Y en cuanto a la reinserción a nuestra comunidad regia, sólo asistimos a la Carrera del 5K (que se organizó como parte de los festejos del 30 Aniversario de nuestra comunidad), donde mi marido orgullosamente camino los cinco kilómetros de mano de un pequeño niño llamado Pablo, de 6 años.
Aun no hemos tenido la oportunidad de asistir a una asamblea y creo que será hasta finales de julio, pues estamos en receso comunitario.

Nos seguimos encomendando a sus oraciones. El inicio de cada etapa es difícil, pero el Señor nos ha mostrado claramente que “quien confía en El jamás se verá defraudado”. Así que manténganos en sus oraciones, para que Dios nos muestre con claridad que quiere de nosotros: “¿y ahora qué Señor?”

Regresando a Ecuador para despedirnos

Friday, January 30, 2009

Tiempo con la familia y amigos

Diciembre 2008-Enero 2009

Fue increíble poder estar en México y disfrutar de la familia y los amigos. ¡Qué rápido transcurrió un año!
¡Gloria sea dada a Dios por este tiempo que nos regaló!

Llegamos primeramente al Distrito Federal donde nos esperaba mi suegro y su hermano. De ahí nos dirigimos a Cuernavaca, Morelos, México, donde pudimos compartir con la familia de mi esposo y descansar. Juntos celebramos la Natividad de nuestro Señor…agradeciéndole por permitirnos caminar en Su Nombre!

En Cuernavaca también asistimos a la asamblea de la comunidad naciente de ese lugar y celebramos con ellos un CADS (Cena de Apertura del Día del Señor). También tuvimos la oportunidad de impartir un retiro a sus jóvenes.

El 26 de Diciembre partimos rumbo al Norte de México, a pasar unos cuantos días con mi familia, a la ciudad de Linares, Nuevo León (la cual se encuentra a 1 hora de la ciudad de Monterrey). Arribamos a Monterrey donde nos esperaba mi hermana y mi cuñado para trasladarnos a Linares. Y allá estaba el resto de la familia esperándonos con un deliciosos desayuno norteño!
Nuevamente a descansar y dejarnos consentir. Tuvimos sesiones para jugar al UNO, para armar un rompecabezas y una larga sesión de CSI (Crime Scene Investigation), ya que mi hermana colecciona esta serie.
Celebramos con mi familia la llegada del Nuevo Año. ¡Agradeciéndole a Dios por sus bendiciones inagotables!

Enero 2009. Aquí empezaron las idas y venidas a Monterrey, Nuevo León. Visitando a los amigos y hermanos de Jésed. Tuvimos la gracia y el gran honor de ser invitados por los Siervos de la Palabra a comer (a un almuerzo) con ellos. ¡Gloria a Dios por estos hombres que entregan sus vidas por EL!
Y las visitas a los amigos y hermanos: Un año pasó pero nuestra relación se fortaleció, parecía que sólo hubiésemos estado lejos unos cuantos días y estuviéramos poniéndonos al tanto de todo. Compartires únicos, desveladas que valieron la pena: donde las lágrimas y risas se mezclaron. Vaya recuerdos memorables que fortalecen nuestra amistad en el día a día. ¡Dios les bendiga por ser parte de nuestras vidas aun en la distancia y por seguirnos amando a pesar de nuestra ausencia física! Es un honor saber que seguimos combatiendo juntos. ¡Y sepan que ustedes son parte de nuestras vidas!

Tuvimos la bendición también de estar en 2 asambleas de Jésed y en un IEP (Instituto de Entrenamiento Pastoral). ¡Cómo conforta estar en el pueblo! Y el gozo de ver a todos, y saber que se acuerdan de nosotros. Saber que seguimos siendo parte de Jésed. GRACIAS, JESED POR TODO SU AMOR!!!

Así transcurrieron los días y finalmente el momento de volver a Ecuador, haciendo una escala de 4 días en Costa Rica (regalo que Dios nos dio, pues el avión hace escala ahí y luego conecta para Quito, Ecuador; así que solicitamos quedarnos unos días sin ningún pago extra y sí nos fue permitido). Anhelábamos tanto conocer esta comunidad de la cual tanto habíamos oído hablar (“sólo de oídas le conocíamos”). Nos acogieron increíblemente, gracias a todas las familias con las cuales pudimos compartir y conversar. ¡Hermanos de la comunidad Arbol de Vida, gracias por su cariño, por su generosidad y su hospitalidad! DIOS LES RECOMPENSE AL CIENTO POR UNO!
Y además Dios nos regaló la bendición de estar presentes en una asamblea comunitaria, palpar al pueblo de Dios.

Finalmente llegó el momento de continuar el viaje y arribar a Quito, Ecuador. Ahora en la última recta. ¡Sea Dios glorificado y honrado!

Monday, November 10, 2008

Algunas aventuras de julio-noviembre 2008

Han pasado ya varios meses sin escribir. Este último tiempo han transcurrido muchas historias y aventuras. Tuvimos la gracia de visitar Perú, estar en el II Congreso Universitario, disfrutar a los brechistas de la zona Sur (compartir sus aventuras, sus retos y luchas)…y conocer más a la comunidad Jesús es el Señor-Quito, Cuenca y Guayaquil.
Además, continuamos con nuestras clases de teología para laicos en la Universidad Católica. Han sido meses intensos e interesantes.

En Lima, Perú, tuvimos la bendición de viajar con un grupo de chicos. Fuimos a conocer y a establecer un primer contacto con una comunidad de la Renovación Carismática. ¡36 horas de viaje en autobús valieron la pena! Mi esposo y yo jamás imaginamos conocer Perú. De las cosas que se vale Dios para revelarnos como en cada ciudad El suscita jóvenes dispuestos a “defender” la brecha. Y ahí estábamos nosotros, contemplando su obra a kilómetros de distancia de nuestra tierra.

El II Congreso Universitario realizado en Cuenca, Ecuador. Nuevamente el Señor no deja de sorprendernos. Un montón de chicos ahora sí de toda la región Sur estuvieron presentes: Colombia, Cali y Bogotá; Ecuador, Cuenca, Guayaquil y Quito. El sueño del Señor es grande y necesita guerreros que estén dispuestos a ir con todo y contra todo; el Señor está preparando y disponiendo corazones. El llamado se lanzó…y algunos han aceptado el reto. ¡Que el fuego siga ardiendo!

Saturday, July 12, 2008

Ha transcurrido ya 1 año-Julio 2008

Este último tiempo no ha sido fácil…el sumergirte en la nueva vida ecuatoriana, en una nueva realidad, ese bendito proceso de inmersión no ha sido fácil. Si me preguntasen hoy, a un año de haber iniciado esta aventura (julio 12, 2008), cuál es mi opinión de toda esta loca misión. Les respondería, como les respondí a mi esposo, aquella noche que me preguntó: ¿Amor, ha valido la pena dejarlo todo? ¿Ha valido la pena tantas lágrimas por tu familia, por nuestra comunidad, por aquello que tuvimos, por las incomodidades, por la soledad y la indiferencia? ¿Ha valido la pena esta locura? Y le respondí como les diría hoy: Sí, ha valido la pena…ha valido la pena por cada uno de esos jóvenes que al voltear a vernos dicen: antes, deseaba casarme y misionar, pero era un imposible, ahora, les veo a ustedes y digo que sí se puede; ha valido la pena por cada uno de los brechistas que han llegado a nuestro corazón y nos han amado, llenando esa gran necesidad afectiva de un cariño auténtico; ha valido la pena por cada sonrisa de los chicos, por ver a esos jóvenes “estar dispuestos a entregrarlo TODO por su Señor”; ha valido la pena ver como esos corazones se han inflamado de un amor verdadero y pleno por el Dios que da la vida; ha valido la pena por verte a ti, esposo mio, completamente pleno y realizado sirviendo a tu Señor; ha valido la pena porque nuestro matrimonio ha madurado en el fragor de la prueba, en los momentos críticos de la batalla; ha valido la pena porque hemos compartido como nunca antes nuestras luchas, debilidades, victorias, lágrimas y risas. Sí, ha valido la pena!!! Pero sobre todo, ha valido la pena porque la gracia del Señor nunca se ha apartado de nosotros, porque su Amor lo hemos palpado de primera mano; porque hemos descansado en su Corazón amoroso. Porque aun en esos momentos “complicados”, donde las lágrimas brotan sin ser llamadas, está Su Presencia Total cubriéndonos y fortaleciéndonos.
Ha valido la pena, porque esta locura, es SU locura, es Su aventura…El nos embarcó en esto, así que…adelante…¡con la espada en alto, sin envainarla nunca!