Sunday, April 1, 2007

Razones para un cambio de vida

Algunos nos han preguntado cómo llegamos a este punto de irnos de México, pues la historia es algo larga, pero han habido algunos sucesos clave que nos marcaron como preparación a esta misión.

Antes de casarme, pasé un tiempo vocacional, inclusive tuve un retiro con los Misioneros de Guadalupe y con ellos conocí la gran labor de salir de uno mismo a propagar la verdad de que Dios nos ama. Aunque no era para mí el llamado de vida consagrada, quedó en mi ese anhelo de servir algún dia a Dios como misionero.

Una vez casado, el no poder tener hijos fue causa de cuestionarme ¿Cuál es el plan de Dios para nuestra vida sin hijos? Creo que el que nos tengamos solamente el uno al otro es más que suficiente para ser felices y santos, pero como que había algo más por lograr. Definitivamente el que seamos una familia de solamente dos, nos permite tomar este camino. Mientras que mis amigos casados con hijos, tienen una misión diaria en sus hogares de formar hombres y/o mujeres santos, nosotros lo haremos con hijos espirituales.

Hubo otra ocasión (2001) en que se hizo una fiesta para festejar el quinto aniversario del programa de la Brecha (universitarios recién graduados que ofrecen un año de vida como misioneros) en el que mi esposa participó cuando era universitaria. Al final, se comentó que un uno de los sueños del programa era tener matrimonios brechistas. Ahí nuevamente el anhelo de entregarme como misionero me recorrió por todo el cuerpo, fue electrificante. Pero aún no era el momento adecuado.

Fue hasta febrero del 2006 cuando en un retiro, Dios nos marcó en el corazón el llamado de dar más allá que nuestro diario vivir. Aunque la invitación no fue dirigida exclusivamente para nostros, sentimos que llevaba nuestro nombre. Fue un ofrecimiento de entregarnos al servicio de Dios por completo, que Él hará grandes cosas a través de nosotros, pero que el precio sería alto. Y en verdad lo está siendo.

Una semana después, David Mijares, un hombre consagrado muy querido por nosotros nos hizo la invitación de considerar entregar nuesta vida como misioneros en una de tantas necesidades que hay en la Región Iberoamericana de la Asociación Cristo Rey (Asociación de comunidades católicas de alianza, en el mundo). Lo interesante del ofrecimiento es que Él no sabía de la invitación que Dios nos había hecho la semana anterior.

Durante toda la cuaresma siguiente, cada día, estuvimos orando para que Dios nos revelara si esta invitación era lo que Él quería de nosotros. Sé que esto de esuchar la voz de Dios en nuestras vidas puede sonar muy raro, pero estimado lector, en verdad sucede, sólo es cuestión de querer escuchar. Durante este tiempo nos apoyamos de un libro muy recomendable: Una vida con propósito de Rick Warren. Y en pascua tomamos la decisión: Servir a Dios de tiempo completo.

Este último año ha sido de preparanos para nuestra misión en Quito, aúnque ya falta poco para irnos, aún estamos temblando por la gran empresa que viene, pero al final de cuentas, confiamos que este es el plan de Dios para nuestra vida y a Él nos aferramos.

¡Gloria a Dios!

1 comment:

Rosario Espronceda said...

Sergio
Gracias le doy a Dios por el privilegio de conocerte, asi mismo quiero que sepas tu y tu esposa que cuentan conmigo en todo, y que estoy segura que el que los llamo ira siempre al frente y nunca permitira que sean avergonzados, que El Señor los bendiga muchisimo