Tuesday, November 27, 2007

Retiro con los Trapenses

Los días 10 y 11 de noviembre fuimos a una casa de monjes varones Cisterciense de la Estricta Observancia (O.C.S.O.) conocidos también como Trapenses. El monasterio se llama Santa María del Paraíso. Y se encuentra como a 2 horas de Quito, en una ciudad llamada Salcedo, muy cerca de Ambato. El monasterio es el único de Monjes varones Cistercienses en Ecuador, creo que hay uno de mujeres cerca de Esmeraldas. El monasterio tiene como 10 años. Aunque son pocos los monjes que estaban en casa, los tiempos de oración con ellos fueron muy espirituales.

Una sorpresa muy agradable fue ver que en la capilla del monasterio tienen un cuadro de la Virgen de Guadalupe. Esto es más trascenente porque en la desnudez del altar, sólo ponen una representación de la Virgen María, y me asombró ver a la Morena ahí, ha de ser porque ella es la Emperatriz de América.


Tuvimos la oportunidad de participar de la liturgia con ellos:
Sábado:
Sexta 12:00hrs,
Nona 14:30hrs,
Visperas 17:00hrs,
Completas 19:30hrs,
Domingo:
Vigilia 03:45hrs,
Laudes 06:00hrs,
Misa 07:35hrs,
Tercia 8:45hrs,
Sexta: 12:00hrs

Lo difícil fue mantenerse despierto durante el oficio de Vigilia en la madrugada, pero valió la pena. Sobre todo tener un buen rato de oración personal entre este tiempo y Laudes de las 6:00am.

Es impresionante la vida que llevan estos hombres en el monasterio, en verdad se olvidan de sí mismos para entregarse a Cristo y ofrecerse como contrapeso en la balanza de la humanidad versus el "mundo". Al caminar en el monasterio recordé los libros de "Los tres monjes rebeldes", "La familia que alcanzó a Cristo" e "Incienso Quemado". En verdad admiro la vida de estos varones.

En cuanto a nuestro retiro, asistimos a él los Brechistas, los afiliados a los Siervos de la Palabra, las chicas consagradas y nosotros. Boris fue quien dirigió el retiro, y en este caso fue de escrutinio del Plan de Dios en nuestras vidas. Personalmente, este llamado de ser misionero está por definirse si es sólo por estos tres años o como un llamado de vida. Según nosotros (mi amada esposa y yo) íbamos a poner esto en escrutinio al finalizar nuestro primer año en el Ecuador, pero por lo visto, Dios tiene otros planes, así que en base al retiro, oficialmente empezamos dicho escrutinio.

Fue una gran oportunidad para poder voltear mis ojos al pasado, ver la mano de Dios en cada fase de mi vida. Cuan ciego fui por muchos años, al no darme cuenta de que Aquel al que amo ha estado siempre a mi lado, aunque yo le haya evadido tantas veces.

Recuerdo un comentario de una muy querida amiga, que le tocó estar de cerca mi cambio de vida: lejos de Dios a voltearme hacia Él, y que ella temía en un principio que esto fuera una "llamarada de petate" y lo contenta que estaba de verse equivocada. Pues este retiro fue una oportunidad de agradecer a Dios por estos nueve años que llevo en la batalla hacia la santidad (aunque aún estoy ultra lejos de ello).

Al final del retiro, tuvimos un tiempo de compartir de lo que Dios nos habló a cada uno durante el mismo. Es anodador ver la mano de Dios en cada uno de nosotros, y la manera de que cada uno de mis hermanos ha respondido al Señor: entregándole todo su corazón.

Gloria a Dios que nos ha llamado a seguir el camino del Amor.

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