Llegamos como a las 9:00pm a lo que debería ser la terminal terrestre. Me contaron que construyeron un gran edificio tipo aeropuerto como "La" terminal terrestre de Guayaquil, y resulta que quedó mal, el segundo piso se está derrumbando y están tratando de restaurarla. A consecuencia de esto, los autobuses que llegan a la "terminal" te dejan en un lote tipo estacionamiento al aire libre y ahí puedes entrar al distribuidor de autobuses metropolitano o tomar un bus que te acerca a lo que mientras tanto es la terminal en operación. Por lo que, como turistas sin saber por donde andar, tomamos el bus y nos dirigimos a la terminal con intensiones de encontrar a la persona que nos iba a recoger y comprar los boletos para el regreso de los 35 muchachos que vendrían de Quito al congreso. Total, nos cruzamos, puesto que nuestro anfitrión se fue al lote mentado y nosotros a donde venden los boletos, después de unas llamadas de dónde estábamos y quién vendría por nosotros dimos con él. Muchas gracias hermano por tu servicio.
Guayaquil es una ciudad moderna y muy grande. Es la más grande en tamaño y población de Ecuador, por lo mismo, es la capital económica del país. Aparentemente los guayaquileños son más orgullosos de su ciudad que de su país, por muchos lados ves banderas de la ciudad y rótulos que dicen: “Si es con Guayaquil, es conmigo” y también encontré panorámicos (vallas) que decían “Todos hacemos la patria”. Por lo visto hay algo de dificultades con la capital. Una diferencia muy grande con Quito, es que aquí la ciudad no duerme, a media noche encuentras negocios y puestos de comida abiertos, mientras que en Quito (o por lo menos donde he estado) la ciudad se duerme como a las 10:00pm. Otra diferencia de Guayaquil con Quito y Cuenca es que el agua para beber debe ser de botellón mientras que en las otras dos se puede beber el agua del grifo.
Una vez acomodados en Guayaquil, nos pidieron que les “acolitáramos” con unas reuniones, así que en las mañanas tuvimos tiempo para orar, desayunar y hasta nos pasearon, en las tardes tuvimos las juntas que LuisFer nos pidió.
El primer día fuimos a una plaza (mall) llamada San Marino, es de 4 pisos, y es una muestra de lo que algunos llamarían el “Imperialismo Yankee”, puesto que encuentras tiendas de marcas internacionales como Nike, Hugo Boss, Polo Ralph Lauren, Skechers, Tommy Hilfiger, etc. ahí la pasamos platicando con Pame y César Rosales, luego comimos en su casa y de ahí nos dejaron en casa de los Arellano (Monse, Fer e hijos); donde tuvimos una junta con los RP’s tocando el tema del “programa de novios” que se lleva en el SS (sector solteros – profesionistas) de Jésed. Luego de vuelta a casa de los Granados a dormir.
El jueves pasamos el día en casa de los Arellano, donde seguimos viendo los últimos puntos del congreso, tuvimos la oportunidad de conocer una iglesia cerca de la casa, y al entrar nos sentimos en Monterrey, ya que tiene aire acondicionado… hace mucho que no sentía esa sensación, en Quito el AC es inútil, si quieres sentir el frío, simplemente abre la ventana y listo. Ahí mismo comimos una rica pasta y en esta ocasión nos separaron a mi esposa y a mí, ella se fue a una reunión con todas las Responsables Pastorales mujeres, seguramente a tratar temas de mujeres… Por mi parte, tuve una junta con encargados los de CEA (programa evangelístico de profesionistas de Guayaquil) Nota; El PE universitario de Quito también es CEA (Católicos en Acción), favor de no confundir, que yo estoy todo revuelto. Y como en los días anteriores, al final del día, de regreso a casa de los Granados.
El viernes madrugamos, puesto que quedamos de vernos a las 6:30am en la central de autobuses para ir al Congreso. Estamos muy agradecidos por todos los hermanos que nos estuvieron llevando y trayendo, en particular de los Rosales que en todo tiempo estuvieron preocupados por nuestros traslados, muchas gracias hermanos.
En cuanto al congreso, ya lo contaré en otro post.
Después del congreso, regresamos a casa de los Granados, hasta entonces pudimos sentarnos a platicar. Nos quedamos un buen rato platicando, Pude ver en ellos el gran amor que le tienen al llamado de vida comunitaria, puesto que han pasado algunas situaciones confrontantes y duras, pero el Señor que ve sus corazones tiene un plan perfecto para sus vidas.
Hermanos de Guayaquil, muchas gracias por su hospitalidad, todo su servicio, tiempo y atenciones. Estamos muy agradecidos por todo, Gloria a Dios por sus vidas y por este llamado que Él les ha dado por luchar día tras día, en comunidad, por alcanzar algún día la corona de la santidad.
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